miércoles, 11 de junio de 2014

De aprender y de querer tener(te)

Aprendí a tragarme
la depresión con cerveza,
las penas con vino
y el hastío con diazepán.

Lloré lo que no está escrito,
y llené todas las copas de vino
hasta curarme
y dejar de sangrar.

Me aprendí de memoria
todos los bares
de la ciudad,
y los nombres de los poetas
que los frecuentaban
en busca de musas
que les inspiraran
o les follaran,

qué sé yo.

Me volví adicta al verso,
a la novela negra,
a la voz ronca de Sabina,
a la erótica de Carlos
y a la de Quique.

Me convertí en musa
y en puta,
en lágrima
y en carnaval.

Confundí cariño
con gemir,
y beber
con ser feliz.

Me compré
tacones de infarto
para sentirme
más cerca del cielo
y más lejos
del infierno.

Aprendí muchas cosas
y solo quedan restos
de algunas historias.

Ahora tengo miles de poemas
en libretas rotas
contando nuestra historia.

Ahora tengo una guitarra
con las cuerdas rotas,
entradas de conciertos sin usar
y un cigarro a medio fumar.

Tengo mapas
con señales en los sitios
que quería conocer
[contigo]

Tengo domingos eternos
y lunes grabados a fuego.

Tengo un mar de dudas,
me como las excusas,
y de vez en cuando
hecho a volar.

Tengo un lienzo a medio pintar,
sin terminar,
como lo nuestro.

Tengo dos alas en la espalda
y un arsenal de ganas
que quiero gastar en tu cama.

Tengo muchas vidas,
muchas historias,
y muchas heridas.

Tengo muchas cosas,
mi amor,
pero yo solo quiero
tenerte a ti.

Carlota

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