la depresión con cerveza,
las penas con vino
y el hastío con diazepán.
Lloré lo que no está escrito,
y llené todas las copas de vino
hasta curarme
y dejar de sangrar.
Me aprendí de memoria
todos los bares
de la ciudad,
y los nombres de los poetas
que los frecuentaban
en busca de musas
que les inspiraran
o les follaran,
qué sé yo.
Me volví adicta al verso,
a la novela negra,
a la voz ronca de Sabina,
a la erótica de Carlos
y a la de Quique.
Me convertí en musa
y en puta,
en lágrima
y en carnaval.
Confundí cariño
con gemir,
y beber
con ser feliz.
Me compré
tacones de infarto
para sentirme
más cerca del cielo
y más lejos
del infierno.
Aprendí muchas cosas
y solo quedan restos
de algunas historias.
Ahora tengo miles de poemas
en libretas rotas
contando nuestra historia.
Ahora tengo una guitarra
con las cuerdas rotas,
entradas de conciertos sin usar
y un cigarro a medio fumar.
Tengo mapas
con señales en los sitios
que quería conocer
[contigo]
Tengo domingos eternos
y lunes grabados a fuego.
Tengo un mar de dudas,
me como las excusas,
y de vez en cuando
hecho a volar.
Tengo un lienzo a medio pintar,
sin terminar,
como lo nuestro.
Tengo dos alas en la espalda
y un arsenal de ganas
que quiero gastar en tu cama.
Tengo muchas vidas,
muchas historias,
y muchas heridas.
Tengo muchas cosas,
mi amor,
pero yo solo quiero
tenerte a ti.
Carlota
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